El único pájaro que se atreve
de pillar un águila es el cuervo.
Se sienta en su espalda y muerde el cuello.


Sin embargo, el águila no responde,
ni lucha con el cuervo.
No gasta tiempo ni energía en él,
simplemente abre sus alas
y comienza a levantarse más alto en los cielos.
Cuanto más alto sea el vuelo,
más difícil se le hace respirar al cuervo,
y luego el cuervo cae por falta de oxígeno.


Deja de perder el tiempo con los cuervos.
Con esta gente dañina
que solo se acercan a tu vida
para intentar desestabilizarte,
para proyectar sobre ti sus propias tormentas.


Llévalos a tus alturas
y desaparecerán solos.

J.P. Sánchez

...He aquí un heredero. Desde la Mancha hasta nuestros tiempos. Por la insurrección de los sueños; la resurrección del asombro; la vigencia de la locura y el imperio de esas fantasías que aún nos quedan...

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