No sé si es mérito de los años,
pero bajé el volumen de lo que escucho
y levanté lo de lo que siento.
Me emociona la vista de un atardecer,
un trago de un buen café,
de un vino generoso,
de la buena compañía,
una hermosa melodía,
el calor de una mirada,
el poder de un beso.
No sé si es mérito de los años,
pero empiezo a ver la vida hermosa tal y como es.