El enemigo “en común” del rechazo

En el presente debate constitucional, la derecha y sus aliados no quiere atacar la idea de Estado de Derechos, el cambio del modelo político (que les acomoda y les brindó ventajas excepcionales durante 40 años). No atacarán tan directamente el cambio del modelo de salud y de pensiones, ni el cambio del sistema político y la eliminación del senado. No atacarán esos puntos de manera dramática y urgente porque les resulta impopular. Ni siquiera atacarán la enorme amplitud de derechos para las mujeres en todo orden de cosas. Hasta en sus casas los retarían. No.
La derecha ha seleccionado como objetivo estratégico poner a los Pueblos Indígenas como enemigos de la unidad nacional, de la bandera, del territorio único, de las autonomías exageradas, de la justicia particular y exclusiva ¡hasta en lo penal!.
Los indígenas -dicen-, son los mismos que secuestraron la convención (es decir 17 personas hicieron que 154 convencionales cayeran derrotados a sus pies después de 212 años de racismo) y se preparan para recuperar toooooooodos los territorios despojados por el Estado en el sur. Por consiguiente, los nacionales chilenos tendrán que pedir pasaporte para pasar desde la frontera del Bío Bío hasta los confines a la Nación Mapuche. Y llaman a defender el himno nacional, la bandera y el territorio que alberga a todos los hijos de Chile… ¿Exagerado?
Lean las columnas de sus personeros y las editoriales de la prensa conservadora. Escuchen sus entrevistas en radio y televisión. La derecha y sus adláteres están desatados. El tsunami derechista abarca incluso a sectores del mundo progresista que nunca han estudiado a fondo la problemática indígena y despiertan cavilaciones entre nosotros. Con este artículo que comparto con ustedes quiero invitarles a una meditación con fundamentos esenciales.

Adjunto una excelente nota del Profesor y Peñi Domingo Namuncura: https://www.elmostrador.cl/destacado/2022/06/30/una-constitucion-indigenista/

J.P. Sánchez

...He aquí un heredero. Desde la Mancha hasta nuestros tiempos. Por la insurrección de los sueños; la resurrección del asombro; la vigencia de la locura y el imperio de esas fantasías que aún nos quedan...

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